En un pinar y con vistas sobre un campo de golf, se plantea la vivienda para una pareja con una niña pequeña donde la relación de la vida cotidiana con su entorno es una constante. Se pretende una ocupación del terreno respetuosa y escueta, para el programa funcional previsto, reduciendo al mínimo las circulaciones interiores y los espacios de servicio. La parcela, aun con una ubicación excepcional, con una morfología extraña y opresiva, contribuye a dar soporte al discurso esbozado y se determina como fuerte condicionante que, junto a la intención de conservar todos los pinos existentes en la misma y el posicionamiento frente a la trayectoria del sol y los vientos dominantes, va dando lugar al modelado de los volúmenes resultantes: Tres cajas blancas de traza regular que se asientan sobre un basamento pétreo que las encarame sobre el paisaje de pinos al que miran, para lo cual se recortan sobre las mismas grandes paños acristalados a modo de óculos; una cuarta, más cerrada, actúa de anclaje y se sobreeleva enfatizando el vítreo acceso a la vivienda.

La casa se organiza según una circulación lineal que enlaza las distintas piezas, distinguiendo en planta baja zonas de trabajo y de invitados mediante el vestíbulo donde se ubica la escalera principal, de desarrollo también lineal y que lleva a la planta superior donde el vacío de la doble altura sirve de colchón entre el dormitorio principal, que funciona de manera autónoma, y el resto de las estancias. El espacio abierto de la zona de estar y comer, se extiende de manera fluida a toda la casa y permite el registro de todas piezas incluso hasta el sótano (planteado aquí como un espacio no secundario sino vividero de importancia similar a los otros) a través del lucernario abierto en el forjado y que alimenta de luz el invernadero: una pequeña porción de la naturaleza circundante aprehendida por la casa hacia sus entrañas.

(Con Reyes Solano Páez)
Situación Urb. La Monacilla, Aljaraque (Huelva)
Promotor David Toscano Contreras y Cristina Vergel Lage
Fecha 2008
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